La
noche más oscura.
Y
en sus ojos, la vida
como
una brizna pura
de
luz recién parida.
El
camino más largo.
Y
en tus labios rendidos,
el
sedimento amargo
de
mil besos perdidos.
Y
la rabia que quema.
En
tu llanto, la sombra
de
ese ronco poema
que
me duele y me nombra.
Y
la pena que mata.
En
tu vientre agostado,
como
un puñal de plata
mi
temblor enterrado.
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