Si
bastase una palabra para olvidar la sed.
Si
la música fuese un eclipse descalzo.
Si
tú no fuese tú, ni yo mismo siquiera.
Si
el océano es llanto de cruces arrasadas.
Si
lo absoluto es la luz, y ésta el atrio de la niebla.
Si
hundieses lentamente lo quieto de tu voz
en
lo fatal de mi mano.
Si
fuiste en cierto día esa verdad tan bien mentida.
Si
un reloj desconsolado ya es el tiempo.
Si
no te vuelvo a ver.
Si
no te he visto nunca.
Si
rompo este cristal de aguas repentinas.
Si
de vacío celeste son tus hombros, son los míos.
Si
alguna vez odio los mapas porque van a ti,
como
una lumbre a oscuras.
Si
todo beso es labio en vencimiento.
Si
del lado más puro de la vida...
Si
del lado más puro de la vida
nace
el ángulo indeleble del olvido.
Si
poema es el nombre que toma un grito cierto,
¿dónde
éste ha sucedido?
Si
aún fuese posible ya nunca recordarnos,
vibrar
como el adiós cuando la luz clarea,
cuando
la noche esgrime su blanco puñal de ave,
sin
más piedad que un dios cosido a la alegría.
Si
aún fuese posible, digo, estar lejos de aquí
no
habría dicha, ni cumbre, ni más alto jardín
que
esta ardiente sed hecha de abril y desmemoria,
de
ópalos como coronas para aquella que no fuiste.
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