Correr
no sé donde
aquí
o allá
singulares
recodos desnudos
basta
correr!
trenzas
sujetan mi anochecer
de
caspa y agua colonia
rosa
quemada fósforo de cera
creación
sincera en surco capilar
la
noche desanuda su bagaje
de
blancos y negros
tirar
detener su devenir
salvación
se
fuga la isla.
Y
la muchacha vuelve a escalar el viento
y
a descubrir la muerte del pájaro profeta.
Ahora
es
la carne
la
hoja
la
piedra
perdidas
en la fuente del tormento
como
el navegante en el horror de la civilización
que
purifica la caída de la noche.
Ahora
la
muchacha halla la máscara del infinito
y
rompe el muro de la poesiacutea.
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