La portada del libro, “EmocionArte”,
lleva un detalle del bello lienzo de Rogier Van der Weiden “El descendimiento”,
que se conserva en el Museo del Prado. Podemos ver un rostro lloroso que se
enjuga las lágrimas con una tela lo que demuestra ya que el libro promete
indagar sobre la emoción que despierta el arte, sobre los mundos que hay detrás
de los cuadros.
El típico viaje del escritor ocupado en explotar la creatividad,
en fertilizar todos los campos posibles entre la imaginación y la razón. Nada
mejor que el caso de este presente libro para descubrirlo. A lo largo de sus
páginas: levantar ligeramente el telón que oculta lo que hay detrás de los
museos cuando termina la función. Para ello, el escritor y periodista,
selecciona treinta y cinco obras pictóricas y os habla de ellas. Un viaje a
través de texturas, colores, claroscuros, busca las correcciones que realizó en
su día el pintor intentando encontrar el relato de lo que realmente sucedió. De
aquello que impulsó al artista a realizar su obra.
Desde la sencillez del relato, y de la mano del rigor documental,
avanzaréis tras los pasos del autor como si lo hicieseis a lo largo y ancho de
un museo. El museo que Carlos del Amor ha creado para el lector. Un museo
maravilloso que deambula entre sombras, silencios y secretos. Un museo gracias
al que accederéis a esa doble vida de los cuadros con la naturalidad de aquel
que asiste a un nuevo alumbramiento: el de la belleza en sí misma.
Una fórmula para divulgar la pintura, novedosa y atractiva.
Carlos del Amor nos lleva de paseo por una exposición que él
mismo ha creado a través de 35 cuadros que abarcan desde el siglo XVII al XX. Invitar
a liberaros del corsé y permitir que vuele la imaginación es uno de los muchos
hallazgos de este libro; todo un placer para los amantes del arte, pero también
para cualquier persona que disfrute de la belleza, las historias bien contadas
y la buena escritura.
De esta manera, cada cuadro se convierte en motivo para dar rienda
suelta a un cuento, un relato, un diálogo truncado e inserto en su época,
consiguiendo con ello dar vida a la pintura más allá de lo que acota el marco
donde está expuesta.
Esta manera de articular los textos consigue que os acerquéis, que
veáis al pintor, que imaginéis su mundo, que sintáis el latido de esos pintores
que han expresado en el arte su vida, su interior, sus pulsaciones.
A destacar por parte del escritor, su gran labor para reivindicar y,
en mi caso, conocer las bellísimas obras e impactantes vidas de muchas mujeres
artistas, vetadas y silenciadas por la historia.
Uno de los secretos de este libro es el atrevimiento con el que
su autor nos invita a pasear por ese bosque de los sueños que representan todos
y cada uno de los 35 cuadros que lo componen. Unos cuadros, y sus autores,
sobre los que ha creado historias de ficción que os dibujara esa capacidad que
todos tenemos de mirar.
La selección de obras es espléndida, salta atrás y adelante en el
tiempo y forma una peculiar pinacoteca de papel, que vale la pena visitar. En
la selección de las pinturas, se ha dado cierta preferencia a las de pintoras,
por aquello de la igualdad, lo que aporta cierta originalidad e interés, y a la
pintura española, lo que hace que el lector hispano se interese más fácilmente
en el contenido.
No hay orden cronológico ni una organización por siglos,
estilos o países. Las obras que se muestran son muy variadas. Escucharéis el
toque del pincel en la composición del cuadro, pero también iréis percibiendo
la obra que va a crearse. Algunos de los artistas que desfilan por estas
páginas, son maestros holandeses del S. XVII como Rembrandt, Clara Peeters,
Johannes Vermeer, Anton Van Dyck o Hendrick Van Anthonissen. Como no podía ser
de otra forma, también hay un gran número de representantes españoles:
Velázquez, Goya, Ángeles Santos, Dalí, Picasso, María Blanchard y Juan Genovés.
Otros cuadros que conoceréis son los de artistas francesas como Rosa Bonheur y
Suzanne Valadon. Y hasta los japoneses Utagawa Hiroshige y Léonard Foujita
están presentes.
Cada cuadro es un cuento, una novela, un relato, y eso ha
pretendido reflejar en estas páginas: romper el marco y expandir el lienzo
hasta donde sea posible.
Un libro muy original y muy adecuado para acercarse al arte
y disfrutar de él.
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