Robusto vino, tu familia
no llevaba diademas ni diamantes:
sangre y sudor pusieron en su frente
una rosa de púrpura fragante.
Se convirtió la rosa en toro urgente:
la sangre se hizo navegente
y el vino se hizo sangre diferente:
bebamos esta rosa, caminante.
Vino de agricultura con abuelos,
de manos maltratadas y querisas,
toro con corazón de terciopelo.
Tu cornada mortal nos da la vida
y nos deja tendidos en el suelo
respirando y cantando por la herida.
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