La gusanita Tita, aventurera y soñadora, a todos
sorprendía y es que no pasaba un solo día sin hacer algo más que excavar y
comer sin parar.
¡Ella
tenía un don, mucha imaginación! Pensaba que la vida tenía mucho que ofrecer y
se atrevía a mirar más allá de su pequeño agujero, al que no llegaba el Sol.
Le
encantaba posarse en medio de las flores. Allí, entre sus colores, se estiraba
y sonreía imaginando que era una mariposa a punto de echarse a volar.
Cuando
llovía, en lugar de esconderse, buscaba un charco, a una hoja se subía y
navegaba encantada disfrutando del vaivén como una experimentada timonel.
Y es
que Tita, la gusanita, no entendía por qué debía estar siempre bajo tierra
escondida si podía nuevos territorios explorar y, aunque pocos la entendían,
ella hacía de su día a día una aventura y vivía así con alegría.
AUTOR: Nuria Espert Más.
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