Soy
vuestra voz, calor de vuestro aliento,
El
reflejo de todos vuestros rostros,
Es
inútil el batir del ala inútil:
Estaré
con vosotros hasta el mismo final.
Y
por eso me amáis ávidamente,
Con
todos mis pecados y flaquezas,
Y
por eso me entregasteis sin mirar
Al
mejor de todos vuestros hijos,
Y
por eso no me preguntasteis
Por
ese hijo ni una sola vez,
Y llenasteis
con el humo de alabanzas
Mi
casa ya vacía para siempre.
Y
dicen que más estrechamente ya no es posible unirse
Y
que más irreversiblemente ya no se puede amar…
Como
la sombra quiere separarse del cuerpo,
Como
la carne quiere separarse del alma,
Así
deseo yo que me olvidéis vosotros.
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