¡Toma
este beso en tu frente!
Y,
en el momento de abandonarte,
te
lo confieso con firme voz,
no
te equivocas cuando dices
que
mis días han sido un sueño;
y
si la esperanza se ha desvanecido
en
una noche o en un día,
en
una visión o fuera de ella,
¿deja
por ella de ser pasado?
Todo
lo que somos o parecemos
no
es más que un sueño en un sueño.
Yo
permanezco en el ruido
de
una ribera atormentada por las olas,
y
tengo en la mano
granos
de arena de oro.
¡Qué
pocos y cómo se escurren
entre
mis dedos al abismo,
mientras
lloro, mientras lloro!
¡Oh,
Dios!, ¿no puedo yo estrecharlos
más
firmemente?
¡Oh
Dios!, ¿no puedo salvar
ni
uno, de la despiadada ola?
¡Todo
lo que vemos o parecemos
no
es más que un sueño dentro de un sueño?
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