jueves, 14 de abril de 2022

CONVENTO DE LA HIJAS DE LA CRUZ.

Ilustración autor desconocido.
 
El suelo está helado.
Es lo que me viene a la mente mientras aguardo
con los brazos en cruz y la frente en la piedra.
Hoy elijo este lugar como morada eterna.
Pronuncio mis votos perpetuos. Es mi elección.
Entre estas paredes pasaré toda mi vida.
He querido abandonar el mundo para habitarlo mejor.
Estoy lejos de él y, al mismo tiempo, en su corazón.
Me siento mejor aquí que en las animadas calles que me rodean.
En este claustro, donde se ha detenido el tiempo,
cierro los ojos y rezo.
Rezo por quienes necesitan que lo haga,
por aquellos a quienes la vida ha herido,
maltratado, dejado en la cuneta.
rezo por quienes pasan hambre y frío,
por quienes han perdido la esperanza y las ganas.
Rezo por quienes ya no tienen nada.
Mi plegaria se eleva entre las piedras
en el jardín, en el huerto,
en esta capilla, helada en invierno,
en mi celda diminuta.
Vosotros, que pasáis por este mundo,
seguid con vuestros cantos y vuestras rondas.
Yo estoy aquí, en el silencio y las sombras,
y rezo para que, en medio de la agitación y el ruido,
si llegarais a caer, Dios no lo quiera,
una mano sueve y fuerte hacia vosotros se extienda,
una mano amiga,
que os coja y os levante
y os devuelva sin juzgaros
al gran torbellino de la vida,
en el que seguiréis danzando.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario