Cuando leemos, a nuestra mente le crecen alas.
Cuando escribimos, nuestros dedos cantan.
Las palabras son tambores y flautas en la página,
pájaros cantores que alzan el vuelo y elefantes
que trompetean,
ríos que fluyen, cascadas que caen,
mariposas que revolotean
¡en lo alto del cielo!
Las palabras nos invitan a bailar:
ritmos, rimas, latidos del corazón,
ruido de cascos y aleteos,
fábulas antiguas y nuevas,
ficticias y reales.
No importa si estás cómodamente en casa
o cruzando la frontera hacia un nuevo país
y un idioma desconocido, los cuentos y poemas
son tuyos.
Cuando compartimos las palabras, nuestras voces
se transforman en la música del futuro,
en paz, alegría y amistad,
una melodía de esperanza.
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