martes, 8 de noviembre de 2022

LA FAMILIA MARTÍN. David Foenkinos.

El escritor publica “La familia Martín” un juego entre la realidad y ficción en el que escribe una novela sobre la primera persona que encuentra en la calle.
 
SINOPSIS:
Un escritor inmerso en un bloqueo creativo decide llevar a cabo una acción desesperada: el tema de su próxima novela será la vida de la primera persona que se encuentre por la calle. Así entra en su vida Madeleine Tricot, una anciana encantadora dispuesta a hablarle de sus secretos y heridas: del matrimonio y la viudedad, de su trabajo como costurera para Chanel durante la época dorada de Karl Lagerfeld, de la dispar relación con sus dos hijas. Valérie, la mayor de ellas y que viva en el mismo barrio, duda de las intenciones de este escritor, pero decide que puede ser una buena terapia para su madre. Y no solo eso: para que pueda continuar con su tarea, exige al escritor que la incluya a ella en la historia que está esbozando, así como a todos los miembros de su familia, la familia Martin, atravesada tanto por el amor como por el agotamiento de la rutina.
Poco a poco los hilos de todas estas historias se van enredando en una madeja de recuerdos, anhelos, rencores, emociones que parecían perdidas y otras que, con suerte, pueden ser recuperadas.
 
 
 El autor francés presenta una realidad novelada de manera madura e irónica como viene siendo habitual en su sesgo literario.
La principal realidad que os entraréis es a un escritor inmerso en un bloqueo y decide que su próxima novela la protagonizará la primera persona que encuentre cuando baje a la calle. Con Madeleine; Valérie, su hija; Patrick, el esposo de esta y Lola y Jérmie, los hijos de ambos; David Foenkinos construye una novela basada en la cotidianidad de los pequeños y grandes avatares de unas vidas normales y corrientes.
Crea un novelista que debe lidiar con personajes reales a los que no puede manipular y de los que no es dueño. El devenir de la historia quedará sellado por el propio devenir de la familia y la intriga de cómo se resolverán los conflictos y misterios planteados que estos mismos irán revelando ante los ojos del lector. Todo manejado por un escritor que, como un experto titiritero mueve los hilos tras el telón, y a través de ellos, aborda temas tan habituales y cercanos como: el desencanto de la vida, el acoso laboral, la adolescencia, las redes sociales, la homosexualidad. Todo ello salpicado con dosis de autoficción en las que el autor habla no solo del proceso creativo, sino que realiza una burla y una crítica del oficio de escritor.
Regala una novela que anida dentro de otra, que habla de la inspiración y de cómo canalizarla. De lo costoso del oficio de escritor y de la búsqueda de una historia.
 
Foenkinos narra esta novela valiéndose de ese escritor protagonista que cuenta los hechos en primera persona. Un relato que abraza lo cotidiano y le otorga ese toque personal que hace que sus novelas relatos sean de una estética cuidada con la que atrapa al lector por la belleza de su forma y lo convence por lo visceral del trasfondo.
Una novela al más puro estilo del autor francés en la que reflexiona sobre la escritura, el autor y la vida cotidiana. Con una prosa sencilla salpicada de su particular sentido del humor y un estilo personal elegante, la novela es una lectura agradecida. Una narración en la que la vida y la ficción interactúan constantemente creando un estimulante juego lector. Los hilos de unas vidas que se irán enredando en una madeja de recuerdos, anhelos, rencores, emociones que parecían pérdidas y otras que, con suerte podrán ser recuperadas.
El juego literario siempre está presente en sus novelas, tan distintas, que se leen con una leve sonrisa de fondo.
 
El autor inventa unos personajes a los que convierte en personas para volver a ser personajes una vez que se inicie la lectura. El argumento se convierte así en un grupo de actores que cobran sentido y hasta casi se materializan a medida que avanza el lector a través de su historia. A través de capítulos cortos el autor os mete de lleno en esa familia tan reconocible, creando una corriente de empatía hacia ellos y hacia el propio escritor que se ve arrastrado a involucrarse con ellos más de lo recomendable para su labor como autor de sus vidas.
Cada uno en su propio papel forma parte con mayor o menor predisposición de la historia para que el autor pretenda contar con ellos como protagonistas.
Le obsesiona la fragilidad de los personas, un golpe de realidad adornada con una pizca de optimismo, La justa para resultar verosímil, suficiente para no convertir el relato en un drama contemporáneo.
 
“¿De verdad la gente va leer esto? , pregunta uno de los protagonistas. Si quieres conocer la respuesta de Foenkinos solo tienes que sumergirte en las páginas de una novela ligera y agradecida, yo lo he hecho y me he divertido.
 

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