Mi mirada me espera en las cosas,
para mirarme desde
ellas
y despojarme de mi
mirada.
Mi memoria me espera en las cosas
para demostrarme que
no existe el olvido.
Y las cosas se apoyan en mí,
como si yo, que no
tengo raíz,
fuera la raíz que les
falta.
¿Es que tal vez las cosas
también se esperan en
mi?
¿Es que todo lo que
existe
se está esperando
afuera de sí mismo?
¿Es que al final estarán mis brazos
abiertos para
abrazarme?
No hay comentarios:
Publicar un comentario