lunes, 18 de diciembre de 2023

EL ARDOR DE LA SANGRE. Irène Némirovsky.

Némirovsky escribió este libro en un pueblo francés donde vivió sus últimos días antes de ser deportada al campo de concentración de Auschwitz a los 39 años. No vio la luz hasta su publicación en el año 2007.
 
SINOPSIS: “El ardor de la sangre” constituye todo un hallazgo que confirma a Irène Némirovsky entre los autores europeos más destacados del siglo xx. Todo ocurre en una tranquila villa de provincias francesa, a principios de los años treinta. Silvio, el narrador, ha dilapidado su fortuna recorriendo mundo. A los sesenta años, sin mujer ni hijos, sólo le queda esperar la muerte mientras se dedica a observar la comedia humana en este rincón de Francia donde, aparentemente, nunca sucede nada. Un día, sin embargo, una muerte trágica quiebra la placidez de esa sociedad cerrada y hierática. A partir de allí, emergen uno tras otro los secretos del pasado, hechos ocultados cuidadosamente que demuestran cómo la pasión juvenil, ese ardor de la sangre, puede trastornar el curso de la vida. Como en el juego de las cajas chinas, las confesiones se suceden hasta llegar a una última y perturbadora revelación.
 
 
“El ardor de la sangre”, novela póstuma de Irène Némirvsky, narra la vida de provincias en la Francia del periodo entreguerras. Esta novela se puede resumir en dos palabras: drama rural.
Ambientada en la Francia rural del primer tercio del S. XX. Ofrece un magnífico retrato de un entorno en donde todos se conocen y en el que las apariencias lo son todo. Lo que parecía un argumento amable y tranquilo, se transforma en una trama con tintes dramáticos. Una muerte transformará el plácido relato en una especie de investigación policial donde se pondrá al descubierto un pasado oculto que hará tambalear unas vidas que sus protagonistas creían transparentes, sinceras y ejemplares. Acciones de juventudes tapadas y mal cerradas que ahora vuelven para deshacer una paz familiar que se creía inalterable y sólida. Triángulos amorosos, celos, pasiones, envidias, traiciones que pone de relieve la historia.
Sylvestre o Silvio, un anciano que dilapidó su fortuna, será el encargado de narrar la historia en primera persona, aunque no sea el personaje principal de la trama, sino un personaje que observa los hechos y a través del cual la autora os deja interesantes reflexiones.
Sin embargo, a diferencia de otras novelas de Némirovsky, la denuncia de tono moral queda relegada y se prioriza la denuncia de la hipocresía.
 
La composición de la novela es obra de un artista que sabía del oficio. A ratos parece una novela epistolar o una especie de diario, y a ratos parece que ha existido la figura del narrador omnisciente.
Pese a que la obra no ocupe más de cien páginas y la trama peque de una cierta simplicidad, la escritura de la autora ucraniana, ofrece al lector algo todavía más interesante, y es penetrar en lo más profundo de la intimidad, de la historia y del pensamiento de la particular sociedad que retrata con una intensidad que crece conforme avanzar el relato.
Una novela contemplativa o costumbrista. La narración es desenvuelta, dando importancia a un doble, tanto en ambientación como en la introspección del ser humano.
Pero no es la trama ni los personajes lo más destacable de esta novela corta. Es la prosa de la autora; una prosa fluida, serena, cálida, envolvente… Una prosa que te hace leer páginas sin darte cuenta.
 
En la novela de Irène Némirivsky muestra a unos personajes que viven por y para los demás: miedo al qué dirán, deseo de guardar las apariencias, pánico al escándalo; sino que también muestra otra cara de la hipocresía: el engaño de uno mismo. Esta doble vertiente, la doble máscara, es la columna vertebral de los personajes. Donde la familia es un tema presente.
La autora os presenta, en un principio, unos personajes grises y anodinos que van ganando fuerza pasando de esa aparente sencillez a la complejidad de unas personalidades llenas de aristas.
Magistralmente, las perfiló desde la introspección, del análisis psicológico o de las situaciones que llevan al límite, que le servirán a la autora para mostraros las distintas caras en las que se puede presentar la conducta humana ante determinados hechos i situaciones, y que la deja a la iniciativa del lector para juzgar a cada uno de los personajes.
 
Lo recomiendo a todo el mundo. No sólo porque es una novela corta, sino porque trata temas inmortales que siempre estarán en el punto de mira porque, por muchos años que pasen, seguiremos siendo igual de humanos en nuestros más bajos instintos.

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