Mi
corazón es angustia, y lágrimas caen de mis ojos;
Hace
largo, largo tiempo que la alegría me es extraña:
Olvidado
y sin amigos soporto mil montañas,
Sin
una voz dulce que suene en mis oídos.
Amarte
es mi placer, y profundo lastima tu encanto;
Amarte
es mi desdicha, y esta pena lo ha demostrado;
Pero
el corazón herido que ahora sangra en mi pecho
Se
siente como un flujo incansable que pronto será deshecho.
Oh,
si yo fuese -si acariciar la felicidad yo pudiese-
Abajo
en el arroyo joven, en el cansado castillo verde;
Pues
allí deambula entre melodías permanentes
Aquella
lágrima seca de tus ojos.
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