Con
una cuerda de violín
secciona
mi garganta
y
transcribe el sonido
del
aliento silbando
a
través de la herida.
La
música es materia:
el
canto del arpón
atravesando
el pecho de la sirena;
la
partitura ciega
de
las arañas
tejiendo
nuestros labios,
el
uno contra el otro,
como
en un beso
donde
no hubiera más salida
que
respirar a dentelladas.
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