“El temps de
Sara”,
es la primera novela de la escritora Lucía Arena. Con ella ganó el 31è Premi de
Narrativa Juvenil Enric Valor. Escribe una novela de ciencia ficción, aunque no
me extrañaría, si dentro de unos años, que mis descendientes leyeran un
reportaje para comprobar cómo de cerca estuvo Sara de ver el futuro viajando en
el tiempo. Comparable con las maravillosas historias que leíamos de pequeños de
Julio Verner.
SINOPSIS: En “El temps de Sara” la protagonista ve
como le cambia la vida el día que cumple diecisiete años. Por un lado, conoce a
Alex, alguien muy especial para ella. Al mismo tiempo, su padre le cuenta un
secreto de familia muy peculiar: le habla de un gen que le condicionara la vida
desde la adolescencia; de desapariciones familiares, de viajes imposibles de
creer. Ficción a la manera clásica e incluso romántica, con un arma infalible:
hacer que pasen cosas. Amistad, amor, intriga.
Desde
el principio el lector queda inmediatamente imbuido por la atmósfera química de
la autora. Un importante trabajo en el tratamiento del tiempo y del espacio,
pues combina la correcta utilización de ambos para organizar el material
narrativo. Domina la dualidad: presente-pasado, enredándose con una naturalidad
asombrosa y de una manera original que al lector no le supone ningún problema
seguir la historia.
Por
cómo está escrita hay algo de ingenio e ingenuo en el sentido más literario y
positivo del término. Una historia que se cuenta al lector para que la viva y la
recuerde. Que hechiza y engancha desde el primer momento; un síntoma inequívoco
que lo que cuenta interesa y gusta con un lenguaje certero, actual; cercano a
los jóvenes, sofisticado por la sencillez.
La
narración mantiene un ritmo constante y alegre que no deja de conferir un
dinamismo al texto, permitiendo al lector acercarse al interior de los
personajes de manera gradual conforme avanza la acción de la historia poblando
un universo de seres extraordinarios. Es sin duda, el tratamiento de los
personajes uno de los aspectos más brillantes de cuanto nos encontramos.
Consigue con tres o cuatro rasgos que el lector pueda identificarlos y, lo que
es más importante, confraternizar con ellos.
La
obra transmite valores importantes como la amistad, la solidaridad, comprensión
todo esto, se cultiva de una manera equilibrada y ajustada.
Ana
María Matute decía que, si alguien quería encontrarla, la buscara en los
libros, si alguien duda de la capacidad del verbo de Lucía Arenas que se asome
a la trayectoria de la protagonista en sus encuentros y desencuentros con la realidad. Una historia que le deja a uno la sonrisa y el
buen ánimo de su lectura, un buen indicador de que aquí hay talento y un
trabajo muy bien hecho.
Espero
que disfruten de este viaje en tren del tiempo, tanto como yo he disfrutado
leyéndolo y viajando. Un viaje corto pero necesario, donde la música de las
palabras es el medio de transporte.
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