-Ramón
Andrés-
Ala
de un vuelo que solo fue monte,
de
un ángel que buscó ser campanario.
Para
ningún oficio es su tañer
de
sombra convocada.
Solo
apenumbra formas de pasado
en
quien se llega al cerro
y
ve un insecto preso en la resina,
como
lo está una llama en la mirada.
Y
el aura, siendo causa del principio,
rojo
poniente en soledad de extremo,
a
contraviento desordena el ser,
mientras
Adán, irónico, envejece.
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