Quiero
pintar la luna
madre,
¿puedo pintar la luna de escarlata?
¿O
con vestido rosa, orlado de violeta?
¡Pues,
noche a noche, sale insulsa y timorata,
sin
nada de color que la avive, coqueta!
¿Por
qué será la luna, siempre luna de plata,
camafeo
de hielo, el pálido planeta,
la
doncella de nieve a la que se retrata
en
blanco, si pintor, o argento, si poeta?
Quisiera
iluminarla con cálido amaranto,
encendidos
reflejos carmín o solferino,
inventarla
morena, con luminoso manto,
y
no alba y exangüe, con veste de platino.
¡Quiero
pintar la luna de tono colorado,
en
creciente o menguante, de cara y de costado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario