viernes, 26 de junio de 2020

EL ÁNGEL Y EL VAMPIRO.






Pasé la vida entre vampiros y ángeles,



libando con paciencia los unos mi energía,



los otros trasvolando mis días más sentidos.



Todos los trances de luz fueron suyos:



al ángel los del cuerpo, los del alma al vampiro.



Al sol como en la sombra estuve ciego



y en el tránsito hacia el cenit, perdido.



Confundí las alas blancas con las capas negras.



Gusté, besando al ángel, los labios del vampiro.



Siempre acudí a la cita con lo eterno.



Cada vez que llamó, me encontraba.



Unas veces hermoso y otras veces oscuro,



el timbre de su voz me subyugaba,



la miel de su sonrisa me encendía,



y bailábamos juntos, el ángel o el vampiro



y yo que nunca supe muy bien con quién bailaba.

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