Hoy
llueve en los lugares que no has visto
jamás,
en
los rincones orinados
de
las calles que nunca te harán falta,
que
no echarás de menos. Y a pesar
de
eso parece ser que la ciudad
existe
más allá de tu conciencia;
hay
huellas
visibles
en la lluvia,
cuando
hoy muere y mañana se convierte
en
algo muy posible,
algo
casi seguro de no ser
por
las incertidumbres innombrables
de
siempre.
No
estás y no has estado
y
llueve
espeso
en los lugares que no has visto,
sobre
algunas terrazas donde no
dirás
que lo dejemos, que este amor
imaginario
debe realizarse
que
persiga tus huellas para ver
que
tan sólo es verdad que está lloviendo.
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