Sé
que lejos, detrás de aquellas nubes,
lucirá
un sol que aquí parece estaño,
desgastada
moneda. Con los años
se
ha vuelto el mundo gris y cuanto tuve...
Qué
fue de todo aquello y qué de mí.
Los
vivos no acompañan y los muertos
con
sus hilos de llamas son más ciertos
que
la gente que pasa por aquí.
He
cerrado los ojos, muerte hermana,
para
entender qué dices a mi lado,
que
todo lo que miro se ha empañado.
Siento
mi mano fría... Es que me llevas
de
tu mano al sacarme de esta cueva
y
alcanzo con mis muertos la mañana.
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