Hoy pierdes un objeto, mañana otro,
como si te arrancaran a pedazos la vida;
te mutilan la voz, te quedas sin lágrimas
te cuentan del suicidio de un amigo.
Mueres a pausas tú támbien,
de ayer a hoy
cada dolor es una nueva llaga,
en cada instante hay una herida.
El mundo de las cosas, caprichoso,
no responde a tus ideas, se te escapan los
objetos
como pequeños tiranos, se te esconden,
y te hacen girar y girar, golpearte la cabeza,
o mascar trozos de papel con ira desbordada.
Pierdes todo lo que has amado,
te hundes sin retorno en cada pliegue del
pasado.
Y de súbito un caos interior,
la tempestad, la locura, toda la rebeldía,
lo indescriptible se te mete dentro,
tensos los nervios, los sientes encorajinados...
... y el tedio invencible de las horas vacías...
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