Y
qué es lo que quedó de aquel viejo verano
en
las costas de Grecia?
¿Qué
resta en mí del único verano de mi vida?
Si
pudiera elegir de todo lo vivido
algún
lugar, y el tiempo que lo ata,
su
milagrosa compañía me arrastra allí,
en
donde ser feliz era la natural razón de estar con vida.
Perdura
la experiencia, como un cuarto cerrado de la infancia;
no
queda ya el recuerdo de días sucesivos
en
esta sucesión mediocre de los años.
Hoy
vivo esta carencia,
y apuro
del engaño algún rescate
que
me permita aún mirar el mundo
con
amor necesario;
y
así saberme digno del sueño de la vida.
De
cuanto fue ventura, de aquel sitio de dicha,
saqueo
avaramente
siempre
una misma imagen:
sus
cabellos movidos por el aire,
y la
mirada fija dentro del mar.
Tan
sólo ese momento indiferente.
Sellada
en él, la vida.
Un poema precioso, me encantó leerlo
ResponderEliminargracias por compartir ♥
Gracias Naya-gm a tí por asomarte y comentar. Me alegro que te haya gustado el poema. Un saludo.
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