Tú
eres más mis ojos porque ves…
Tú
eres más mis ojos porque ves
lo
que en mis ojos llevo de tu vida.
Y
así camino ciego de mí mismo
iluminado
por mis ojos que arden
con
el fuego de ti.
Tú
eres más que mi oído porque escuchas
lo
que en mi oído llevo de tu voz.
Y
así camino sordo de mí mismo
lleno
de las ternuras de tu acento.
¡La
sola voz de ti!
Tú
eres más que mi olfato porque hueles
lo
que mi olfato lleva de tu olor.
Y
así voy ignorando el propio aroma,
emanando
tus ámbitos perfumes,
pronto
huerto de ti.
Tú
eres más que mi lengua porque gustas
lo
que en mi lengua llevo de ti sólo,
y
así voy insensible a mis sabores
saboreando
el deleite de los tuyos,
sólo
sabor de ti.
Tú
eres más que mi tacto porque en mí
tu
caricia acaricias y desbordas.
Y
así toco en mi cuerpo la delicia
de
tus manos quemadas por las mías.
Yo
solamente soy el vivo espejo
de
tus sentidos. La fidelidad
en
la garganta del volcán.
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