-Ana María Moix-
Cuando
yo muera, amado mío,
no
cantes para mí canciones tristes,
olvida
falsedades del pasado,
recuerda
que fueron sólo sueños que tuviste.
Qué
falsa invulnerabilidad la felicidad.
¿Dónde
estará ahora?
¿Dónde
estaré mañana?
Cuando
yo muera, amado mío,
no
me mandes flores a casa.
No
pongas rosas sobre el mármol de mi fosa.
No
escribas cartas sentimentales
que
sólo serían para ti.
Cuando
yo muera, mañana,
habrá
cesado el miedo de pensar
que ya siempre estaré
sola.
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