Esas
mañanas de domingo,
en
invierno,
a
primera hora:
las
calles recién regadas,
el
aire fresco,
limpio,
el
olor a cruasán de las cafeterías,
la
locura
de
los pájaros…
Como
si la vida
te
dijese:
mira,
aquí me tienes,
vuelve
a intentarlo.
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