Cómo
Ícaro pretendo echarme a volar,
pero
usando los libros en lugar de madera.
Y
no me resigno a temer fracasar,
pues
emprendo viaje sin usar la cera,
sino
sueños de otros que a su vez navegaron por un cielo estelar.
Hoy
el Sol no funde mis alas,
pues
sustituyo el serón por palabras.
Alcanzo
por fin las cotas más altas,
gracias
a un genio locuaz que amamanta
mis
ansias eternas de aventuras soñadas
que
aman y vuelan sin querer acabar.
No
se trata de hacer la carrera
ni
querer por supuesto todo abarcar.
Solo
quiero que el tiempo de espera
se
prolongue en el tiempo y no suspirar.
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