“Una villa en Florencia” es una
original, apasionante y sorprendente novela, que fue publicada en 1941. La
pequeña novela de William Somerset, al que me he acercado por primera vez con
esta novela, que recupera Ediciones Invisible.
Desde
el balcón de la fabulosa villa florentina donde pasa sus vacaciones, la joven y
atractiva viuda Mary Panton hace balance de su situación: sin duda, no tardarán
en llegarle ofertas de matrimonio, pero lo más sensato sería elegir al
honorable y afectuoso Edgar Swift, veinte años mayor que ella, destinado a un
cargo de responsabilidad en la embajada de la India.
Pero
mientras espera este momento, un giro inesperado amenaza con arruinar sus
planes. Un simple acto de compasión se convierte para ella en una situación más
que comprometedora, que pone en peligro el plácido futuro que había previsto.
La
obra es más bien un relato largo que, por su naturaleza, resulta indefinible.
La historia os traslada a la Florencia de entreguerras, cuando en Italia
gobernaba Benito Mussolini, y Europa ya sentía las consecuencias del movimiento
nazi. Un contexto que a priori no afecta a lo que cuenta este relato, pero que
contextualiza y repercute en lo que vendrá después. Porque, en ese ambiente
elegante, frívolo y despreocupado; la aventura, que trascurre en un par de días
de junio en la monumental ciudad italiana, cambia el destino de la
protagonista, que se desprende de su ingenuidad. Bajo los lujos que la rodean
afloran las miserias de las clases sociales huérfanas de privilegios de la
Italia de entreguerras.
Una
trama que sorprende con un giro inesperado. La admirable forma en que el
escritor desmenuza la psicología de los personajes involucrados en el evento
que marca la historia: la motivación de Mary, la reacción del violinista, la
fría conclusión a la que llega Rowley respecto a lo acontecido. Todo se conjuga
para brindar una historia trepidante e interesante, que no podrás dejar de
leer.
Es
en ese preciso instante cuando el lector, abrumado por los hechos que
presencia, comprende que se encuentra en medio de un thriller psicológico,
potente y de gran altura que le hace preguntas de condición ético y moral. El
escritor, además, se las ingenia para construir una inquietante trama, con
escenas tan frías como elocuentes y descarnadas.
El espíritu latente se une en la introducción
del relato, para atrapar mediante estos placeres sensitivos a quienes se
adentran en él. Pero, de repente un bofetón argumental da un giro sorprendente
y vertiginoso a la novela.
"Una villa en Florencia” ofrece una
trama sólida que lleva a sus protagonistas al límite y ayuda a dilucidar que es
en realidad el amor, qué buscamos en la pareja.
En
este escenario y a través de una novela breve, William Somerset, un gran
conocedor de la sociedad acomodada y del alma humana, reflexiona sobre la
diversidad de las respuestas psicológicas ante los devaneos de la vida. La
trama que usa, quizás no es del todo verosímil, pero a través de una gran
simplicidad aporta tensión, intriga y sobre todo diversión.
Al
inicio dota a la novela de un ritmo pausado que embelesa al lector y sin
embargo os encontraréis es una historia que trascurre de manera veloz, en la
que con muy pocos ingredientes consigue una atmósfera de intriga en la que
también hay hueco para el humor bastante agudo.
Lo
relevante del drama del escritor parisino no es lo que se anuncia sino lo que
no se dice, lo que se calla. Y uno tiene la sensación de estar siendo
manipulado por la mano invisible del autor al igual que los tres personajes del
relato. La trama sirve para explorar con hondura en unos personajes, los
extremos de dejarse guiar por el puro sentimiento o por el cálculo frío y
cerebral. El autor describe los hechos con aparente frialdad, tomando la
distancia que se exige de un narrador.
Quiero
señalar que me ha gustado los inconfundibles personajes de William Somerset, me
parecen todos ellos muy interesantes y sugerentes, porque, desde mi punto de
vista, exploran los rincones más secretos y políticamente incorrectos de su
naturaleza. Por un lado, la profundidad psicológica, sagaz y certera, que
emplea el escritor para desnudar a sus personajes, unido a una destreza
narrativa y estilística, consiguen impresionar y embaucar al lector
irremediablemente, secuestrándolo dentro de esta historia.
Por
otro lado, todo un desfile de personajes que contienen modelos de respuesta en
relación a las relaciones amorosas, proyectos de vida, la diferencia de edad,
avatares diversos. Así como reflexiones sobre la fragilidad humana, el azar, el
encanto de vivir, el proyecto de vida y sobre todo el paso del tiempo.
Centrándose
en la descripción de los personajes, Mary, la protagonista, una mujer joven y
bella que se rehace de su vida de viuda en una situación de lo más adecuada:
casa fantástica, posibilidades económicas, rodeada de amigos influyentes, y
deseada por varios pretendientes. Edgar Swift un alto funcionario del gobierno
británico con un prometedor futuro profesional que aspira a tener a la joven
protagonista como esposa. El alter ego de modelo de Edgar es Rowley Flint, un
joven rentista, cínico con fama de mujeriego el paradigma del cual es: “vivir
por vivir”. También desea seducir a Mary.
Todos
los personajes que aparecen tienen un motivo de ser, todos cuentan algo y
tienen algo que aportar tanto al lector como a la vida del protagonista.
Parte
de premisas sugerentes y se maneja con habilidad en la narración para que sus
historias se devoren.
Yo
lo tengo claro: cuando vuelva a ver su nombre en la portada de un nuevo libro,
lo leeré.
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