El
autor israelí es atípico y perturbador, como lo manifiesta en “Tres” con una trama distinta. ¿Thriller
psicológico? Si, y también novela policiaca.
Un
claro tono costumbrista al descubrir magistralmente la vida cotidiana de tres
mujeres de Tel Aviv con realidades muy globales.
SINOPSIS: Escrito por uno de los maestros de la novela negra
actual, Tres es un sorprendente thriller sobre tres mujeres cuyas vidas
aparentemente normales se entrecruzan en un engañoso rompecabezas emocional.
Orna, maestra en Tel Aviv y madre divorciada, se ha decidido a olvidar su
fracasado matrimonio y empezar una vida nueva; Emilia, una cuidadora recién
llegada a Israel desde Letonia, necesita a partes iguales un trabajo y un
amparo espiritual que la mantengan a flote; Ella, por su parte, acude cada
mañana a un café para terminar su tesis doctoral, pero, sobre todo, para huir
de su monótona vida familiar. El destino de estas tres mujeres dará un giro
trágico el día que aparezca en sus vidas Guil, un hombre que pronto dejará
claro que no es quien dice ser. Aunque quizá ellas tampoco.
Si
usted es de los que gustan de salir de vez en cuando de las coordinadas
habituales de lectura, he de decir que
se atreva con la literatura de “Tres”.
Para mí un grato descubrimiento. Dror Mishani sitúa la acción en Tel Aviv.
Un
thriller disfrazado de otra cosa, un thriller literario que presenta un
triángulo femenino. Una novela en tres partes y con tres mujeres protagonistas
que se relacionan con el mismo hombre.
La
primera de las tres partes se siente como una historia de flirteo, galanteo,
aventura y superación. La segunda es una historia de pánico, atrocidad y
cobardía. Y la tercera fue una esperada y anhelada investigación policial. Cada
una pronto descubrirá que no es quien parece ser. El hombre tiene una forma muy
concreta de relacionarse con ellas. Ellas terminan sabiéndolo. Las
consecuencias varían, pero lo que no cambia es su modus operandi, es decir, una
característica que a él lo define y que el lector lo ira intuyendo a medida que
se adentra en la trama.
Y
como he señalado en la introducción alterna la magnífica descripción de vidas
cotidianas distintas, reales y completas. Se combinan con personajes de
perfiles psicológicos profundos y el retrato realista de una sociedad ajena
para nosotros como es Tel Aviv.
Porque
la novela de Mishani se puede definir como una simple y llana historia de
asesino serial pero encierra mucho más si se quiere acceder a otras niveles de
lecturas: desde la banalidad del mal encarda en Guil, este tipo gris y anodino
pero calculador, hasta el modo en que la vida actual ha cambiado las formas de
relacionarse más allá de los esquemas matrimoniales y familiares, ya sea por el
influjo de las nuevas tecnologías o por los ritmos y relaciones que se dan en
el seno de nuestras sociedades.
Intriga
inteligente que te engancha y no te suelta, aunque el arranque sea un poco
desconcertante. Si te habías quedado estancado con el bon noir nórdico, da un
paso adelante y prueba con este thriller israelí. Te sorprenderá.
“Tres” es una novela
muy cuidada en la historia y en la escritura, se saborea al máximo su ritmo
pausado y con un desasosiego creciendo página a página por la genialidad
psicológica mostrada en cada uno de los
personajes. Ha logrado que como lector os impliquéis. Dror Mishani va
arrastrar al lector poquito a poco, sin que se dé cuenta, a un desenlace con el
giro magistral que sufre la historia. El autor no engaña solo juega psicológicamente con el lector, el
hecho siempre estuvo ahí, simplemente el autor es muy hábil a la hora de narrar
la historia.
No
es una historia previsible porque la novela adquiere en su tercio final un giro
original que brinda una nueva perspectiva. Lo que comienza como la crónica
novelística de una relación tóxica camino del degolladero contiene pistas y
circunstancias que encajaran en una construcción narrativa sorprendente.
Esta
novela va por otros derroteros, aunque se inscribe plenamente en el thriller
psicológico, donde es tan importante lo que sucede como lo que los personajes
son o parecen ser, Tampoco sería la gran novela que es sino fuera por el
virtuosismo técnico de su autor, dominio de diálogos, con una maestría absoluta
del estilo indirecto, su habilidad para cambiar de punto de vista cuando la
historia lo requiere y, en definitiva, para crear una tensión narrativa
soterrada y ascendente sobre un escenario de lo más cotidiano.
Llama
la atención el perfecto uso del tiempo cronológico, que forma un entrelazado en
la que los acontecimientos encajan como un puzle. Ese tiempo es, en realidad,
la verdadera argamasa de la historia porque lo ajusta en su mecanismo de
relojería extraño y lleno de calles sin salida. El narrador cuida la estructura
del tiempo para lograr el efecto que desea: haceros entran en la historia sin
vacilar hasta que os veáis atrapados en ella. Y, de igual modo que él tiene
rasgos muy definidos que lo hacen reconocible, ellas presentan un pasaporte
emocional en el que podréis encontrar algunos aspectos comunes, definitivos,
que explican el porqué de algunas cosas de las que suceden.
“Tres” es una novela
tremendamente viva desde el principio es, entre otras cosas, porque sus
personajes están llenos de matices, poseen la complicidad de la vida. Están muy
bien trazados los personajes centrales de esta novela, sobre todo las mujeres
que van evolucionando y que viven situaciones muy actuales: divorcios, búsqueda
religiosa, cuidado de ancianos, relaciones tóxicas, patrias, soledad…
Orna,
Emilia y Ella, mujeres que se preocupan y se espantan ante temas como:
desempleo, enfermedades, pobreza, violencia. Incluyen el extracto social que
representan; Orna, sufre el distanciamiento de su exmarido y el trauma que esto
le puede causar a su hijo y se debate entre el deseo de reactivarse emocional y
sexualmente. Emilia, introduce un elemento sobrenatural, su capacidad para ver
el fantasma del anciano que cuidaba. Ella, le otorga un protagonismo encubierto
que será el detonante de una perfecta resolución.
El
personaje masculino es un poco más brumoso, pausadamente definido, lo que le
viene muy bien a la historia, aunque iréis descubriendo aspectos de su carácter
peculiar que vienen perfiladas por exigencias del guión. Entraña el desenlace
un final en el que todas las piezas encajan.
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