No estalló una bomba.
No hubo un incendio.
Estalló la vida.
La vida se agotó como un fósforo.
Todas esas personas jóvenes
que sonríen a cámara en un boda
en esa foto que amarillea
murieron a una edad razonable
y de dolencias comunes.
"Hay una puerta que se ha cerrado hasta el fin del mundo".
Y qué rápidamente.
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