Regresa
María Oruña con la sexta novela “Los
inocentes”, una nueva entrega de la saga “Puerto escondido”.
SINOPSIS: Faltan dos semanas para la
boda de la teniente Valentina Redondo y Oliver Gordon. En plenos preparativos,
los sorprende la noticia de un atentado masivo en el Templo del Agua del famoso
balneario cántabro de Puente Viesgo.
Las
instalaciones del idílico paraíso de agua estaban ocupadas por un grupo de
empresarios, y todo apunta a que la masacre ha sido perpetrada con una
peligrosísima arma química. Valentina tendrá que cooperar con el ejército y con
un equipo de la UCO para resolver el crimen.
Pronto descubrirán que
un cerebro hábil y cruel ha puesto en marcha una maquinaria infalible,
ejecutando cada uno de sus movimientos con extraordinaria frialdad, en un claro
desafío a la inteligencia y a las habilidades deductivas de Valentina y del
propio lector. La teniente Redondo llegará a dudar de los pasos que debe
seguir, porque las sospechas no tardarán en recaer sobre alguien que jamás ha
visto pero que, en el fondo, siente que conoce. El peligro es un latido que no
se extingue nunca.
Sigo
a María Oruña desde sus inicios y es raro que con cada nueva novela que publica
no tenga un hueco en este blog. Una escritora que se ha ido haciendo una gran
legión de seguidores.
Como
no podía ser de otra manera, en “Los
inocentes”, Valentina Redondo, teniente de la Guardia Civil de Cantabria y
su equipo deberán enfrentarse a un crimen masivo e inexplicable que tiene lugar
en el Gran hotel balneario de Puente Viesgo. Una reunión social de empresarios
del sector inmobiliario acabará con cuatro víctimas. Nadie ha reivindicado este
crimen indiscriminado en un entorno idílico. Esta es la prometedora y original
premisa, la investigación de este desafiante rompecabezas, un ataque orquestado
al milímetro y ejecutado a la perfección, será el lienzo que pondrá en jaque a
la teniente especialmente a nivel personal a dos semanas de su boda. Este nuevo
misterio de la escritora gallega recorre los paisajes de Cantabria como si de
un manto negro se tratara.
La
autora os permitirá conocer de la propia mano del asesino sus modus operandi y
su historia personal, lo que hará que el lector se acerque a este criminal de
forma más íntima conociendo sus reflexiones. A partir de ese momento, el lector
comenzará a leer de forma paralela la trama y la pauta del asesino junto con la
investigación por lo que, en todo momento, el lector tendrá más detalles y
conocimiento sobre el atentado que la propia teniente Redondo.
Una
trama de gases nucleares, de destrucción masiva, lucha de poderes, empresas
fantasmas; un crimen por el poder, la crudeza de la naturaleza humana.
Maria
Oruña, piano piano, novela tras novela, se está convirtiendo en la nueva reina
del noir español.
Cada
nueva novela de Oruña es un juego de ingenio al que se suman nuevos adeptos.
Cada
uno de sus libros tiene un carácter individual, único. Solo perduran los
personajes y el ambiente de misterio, género en el que más cómoda se siente.
Los demás, son originalidades nuevas.
Vuelve
con los ingredientes clásicos y algunos nuevos logrando crear una trama más
sólida y cautivante, más adictiva. A medida que avanza, se despliegan pistas y
enigmas que desafían tanto a los personajes como al propio lector. La autora
teje una red de misterio y suspense en la que cada detalle cuenta y cada
personaje podría ser un sospechoso. Un argumento bien hilvanado y ágil donde el
lector encontrará conforme cómo evoluciona la investigación policial hacia un
final trepidante.
Alternando
entre la tercera persona para seguir a Valentina y sus compañeros y capítulos
en primera persona que os permitirá conocer el punto de vista del misterioso
antagonista.
Con
un lenguaje sencillo y una prosa cuidada y elegante, “Los inocentes” es una lectura fluida y agradable, sin saltos
temporales, ni giros lingüísticos difíciles de digerir. El interés de la trama
mantendrá prendida la atención del lector.
Enigmas,
claves de conducta delictiva, estudio psicológico de las personalidades y
claves de la investigación son las patas sobre las que se asientan esta obra
que bucean en la intriga y el misterio para crear argumentos que entretienen y
ayudan a pasar un agradable tiempo devorando páginas sin control.
Cuida,
como ya hizo en las entregas anteriores, que su novela no desnude misterios ya
escritos. E incluso en la parte personal, en la que los personajes avanzan en
el tiempo, Oruña prefiere moverlos en claroscuros a seguir un esquema lineal
que reste el interés de quienes comienzan por este título.
Los
personajes son viejos conocidos a los que habéis visto crecer a lo largo de las
seis novelas. Valentina Redondo es la protagonista compleja y carismática, que
aparenta estar bien por fuera, pero por dentro tiene la carne casida a base de
cicatrices. El crimen la llevará a recuerdos de otros tiempos; tendrá que
enfrentarse a su pasado más temido y oscuro; volverá abrir heridas que pensaba
que estarían cicatrizadas, pero no podrán estarlo jamás, pues cada día su
cuerpo se lo recordará y luchará con un esfuerzo sobrehumano para no hundirse
en el abismo. Ha sido inevitable que sus instintos de venganza se encendieran.
En cuanto al resto de personajes que la rodean, desde su prometido Oliver, tan
inglés y tan bonachón, hasta los miembros del equipo, aportarán una variedad de
perspectivas que enriquecen la trama. Como no podía ser de otra manera el
capitán Caruso, el subteniente Santiago Sabadelle, el agente Zubizarreta, la
agente Marta Torres y el equipo de la doctora Clara Mújica, con la que
seguiréis conociendo los intríngulis de la anatomía humana y así hasta un
plantel de investigadores de la UCO, la UME, EDOA, SECRIM, LABIR y un sinfín de
organismos a los que conoceréis por sus siglas. Como protagonista
complementario al principal recupera el sicario “El estudiante”.
Oruña
tiene mucho cuidado a la hora de perfilar los personajes, dejando siempre un
espacio a la duda en cada uno de ellos. Llegará un momento en el que dudaréis
de todos. Se despliega de este modo una gran tela de araña de la que nadie
parece escapar, y en lo que se aprecia el cuidado que ha tenido la autora a la
hora de colocar cada palabras.
Cada
personaje vive vigilando los suyos, mirando al frente convirtiendo cada vida en
una novela negra propia que la autora ha sabido manejar y cuyos hilos entreteje
con sumo cuidado.
Y
de nuevo vuelve a desplegar la maquinaria literaria en Cantabria, sin descuidar
la ambientación evocadora, inmersiva e inquietante a la que os tiene
acostumbrados.
Seguro
que poco tengo que deciros para que continuéis leyéndola, a los que todavía no
habéis disfrutado de sus historias os animo desde este momento a que leáis “Los inocente”.
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