Por
la manchega llanura
se
vuelve a ver la figura
de
Don Quijote pasar.
Y
ahora ociosa y abollada va en el rucio la armadura,
y
va ocioso el caballero, sin peto y sin espaldar,
va
cargado de amargura,
que
allá encontró sepultura
su
amoroso batallar.
Va
cargado de amargura,
que
allá «quedó su ventura»
en
la playa de Barcino, frente al mar.
Por
la manchega llanura
se
vuelve a ver la figura
de
Don Quijote pasar.
Va
cargado de amargura,
va,
vencido, el caballero de retorno a su lugar.
¡Cuántas
veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en
horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y
cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y
llévame a tu lugar;
hazme
un sitio en tu montura,
caballero
derrotado, hazme un sitio en tu montura
que
yo también voy cargado
de
amargura
y
no puedo batallar!
Ponme
a la grupa contigo,
caballero
del honor,
ponme
a la grupa contigo,
y
llévame a ser contigo
pastor.
Por
la manchega llanura
se
vuelve a ver la figura
de
Don Quijote pasar…
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