Los
años se esfuman sin dejar rastro alguno
y
tú sin embargo no estás, no acabas de venir.
Algunas
personas se van... Otros sin embargo nacen,
y
el sol sale y se pone.
Te
echo en falta, ya no estás en mis días.
¿Dónde
están tus ojos, tu sonrisa?
Cuando
tú te reías yo estaba alegre,
cuando
tú estabas angustiado, yo sufría.
Cuando
estaba a tu lado yo vivía,
amaba
a la gente, a los animales, al mundo.
Hoy
te echo en falta, mi alegría se fue,
y
cuando en ti pienso me lamento.
Seguramente
te respiraría como al aire mismo,
pues
sé muy bien lo que para mí supones
y
si tú no vinieras nunca más,
mi
vida a prueba se pondría.
Hola. Soy el traductor del poema. ¿Podrías añadirlo?
ResponderEliminarGracias,
Marco Vidal González.