Las
lágrimas que derrama el hombre en el sepulcro de su esperanza,
¿son
rocío por el esplendor juvenil? ¿Son bendiciones
para
que el hombre arraigue? ¿O son las gotas de sabia
que
el árbol resecan, cuando su médula está
herida
de muerte?
Como
nubes que en la noche otoñal tormentosas restallan,
así
persiguen mi alma pensamientos de muerte.
Por
ti contendré el dolor; pero, dirás, tú también lo sientes.
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