Una
mirada, una caricia entre jadeos,
extintas
entre sudor y lujuria.
Una
despedida interminable,
prolongar
el último beso.
Los
nervios de una primera cita.
Domingos
de ti, película y manta,
y
el frío del invierno llamando a tu ventana.
Lo
inmortal, lo eterno, lo estable.
Una
sonrisa que basta para enamorarse.
Esto
es todo cuanto soy.
Algo
común, imperfecto, diferente.
Esto
es todo cuanto soy.
Uno
más con un corazón inerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario