domingo, 3 de noviembre de 2019

LOS OJOS DE LOS MUERTOS.


 

Ya nos lo decía Walt —querido mirlo, no mires
a través de los ojos de los muertos. No
aceptes cosas de segunda o de tercera mano.
No te alimentes con los espectros de los libros.
¿Por qué permaneces en silencio
durante toda la cena? Tu cadáver está ya inserto
en la carne que cree estar viva, como
si su presencia aquí no obedeciese a un azar
tan inofensivo e inútil como el péndulo
del cuerpo; no como el de Leonardo, en abanico,
sino prosternado como un árbol caído,
horizontal. No mires a través de Valdés Leal,
sólo es la misma ideología provisional
con que quemaste tu vida para enterrarte vivo
en los muladares. Así —como los miles de
párpados que caen y se pudren entre los helechos.

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