Mi
manera de amarte es sencilla:
te
aprieto a mí
como
si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y
yo te la pudiese dar con el cuerpo.
Cuando
revuelvo tus cabellos
algo
hermoso se forma entre mis manos.
Y
casi no sé más. Yo sólo aspiro
a
estar contigo en paz y a estar en paz
con
un deber desconocido
que
a veces pesa también en mi corazón.
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