Todo
está en la ventana
que
reúne mi vida y me contiene
contra
el marco vacío de lo eterno.
Un
marco en el que yo soy el afuera
y
el paisaje es mi centro más profundo.
Una
rama de viento, los jirones
de
nube en que se cierne
la
noche del crepúsculo
y
este agudo deseo
de
encontrar entre ellos la palabra
que
logre derribar esta frontera
entre
afuera y adentro.
Todo
está en la ventana, soy el marco
que
reúne y contiene los compases
de
este instante inmortal, de este intervalo.
Un
recuadro de luz mientras la luz
cabalga
en las cenizas de la tarde:
un
mordisco de cobre en el cobalto.
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