Ya
el otoño frunce su tul
de
hojarasca sobre el suelo,
y
en vuelo repentino,
la
noche atropella la luz.
Todo
es crepúsculo,
señoreando
en mi corazón.
Hoy
no queda en el cielo
ni
un remanso de azul.
Qué
pena de día sin sol.
Qué
melancolía de luna
tan
pálida y sola,
ay
que frío y ay que dolor.
¿Dónde
quedó el calor
del
tiempo pasado,
la
fuerza y la juventud
que
aún siento latir?
Se
fue quizás con los días cálidos,
de
los momentos que a tu lado viví.
Y
así esperando tu regreso,
otro
otoño triste ha llegado sin ti.
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