Suele
afirmar Antonio Gala que una de las claves de la novela histórica consiste en “bajar a los grandes personajes de sus
pedestales”. Lograr que las estatuas, en una palabra, cobren vida.
En
su último libro “La leyenda de la
peregrina” recrea la historia de una joya que hizo infeliz a muchos
personajes que pasaron por sus manos.
SINOPSIS: La Peregrina
es, sin duda, la perla sino más extraordinaria, más famosa de todos los
tiempos. Procedente de las aguas del mar Caribe, fue entregada a Felipe II y
desde entonces se convirtió en una de las joyas principales de la monarquía
hispánica. Pasó por herencia por el joyero de varias reinas hasta que, después
de la Guerra de la Independencia, fue llevada a Francia.
En
ese momento comenzó la segunda vida de la Peregrina, cuyo momento culminante
fue cuando, ya en el siglo XX, Richard Burton se la regaló en prenda de amor a
otra mujer de leyenda: la inmensa actriz Elizabeth Taylor.
Confesando
su inspiración a partir del clásico contemporáneo El escarabajo de Mújica
Laínez, Carmen Posadas escoge como protagonista de su nuevo proyecto a un
objeto destinado a pasar de mano a mano y a tener una trayectoria azarosa,
aventurera y, sin lugar a dudas, digna de la gran novela que el lector tiene en
sus manos.
Carmen
Posadas en una contadora de historia, así queda plasmado en todos sus libros.
Más de cuatro siglos de recorrido y relatos de sociedad, alcobas y arte.
En
realidad, “La leyenda de la peregrina”
no es una novela sino un conjunto de algo más de veinte relatos cuya única
conexión es la propia perla a través de las manos de sus propietarios. La
alhaja precisamente sedujo a un sinfín de personajes y la lucieron con orgullo
numerosas reinas, desde que un esclavo la sacó del fondo de las aguas del
caribe en el Panamá de 1579.
A
partir de ahí, y el hilo de múltiples historias de amor, de desamor, de
traición, de codicia y de sangre, os iréis encontrando con el paso de la
peregrina por la corte de los reyes de la dinastías de los Austria, por la
dinastía de los Borbones. A partir de ese momento, la perla, pasa a manos de la
corte de José Bonaparte, continua su periplo por Francia, pasando por Gran
Bretaña, para acabar en las manos de la actriz Elizabeth Taylor. La estructura
de esta cronología da pie a la escritora para reconstruir casi cinco siglos de
historia.
Con
estos mimbres, la autora, ha ido trazando el peregrinaje de su historia y
relata las andanzas de esta joya a través de una miscelánea de escenas de
palacio, conspiraciones de espías e incluso de maquinaciones de asesinatos, así
como de géneros literarios.
“La leyenda de
la peregrina”
cuanta mucho, y con mucha maestría acerca del objeto que la protagonista,
cuenta mucho de un país y mucho de sus gentes. Sin duda un espectáculo léxico
en el que cada personaje tiene en la boca aquello que necesita para ser
verosímil y todo aquello que lo incluye en el extracto social que lo
representa.
La
novela es un mapa, pero también una concatenación de misterios intuitivos y
versátiles. El grueso de la historia sería insostenible sin esos virajes
cínicos y lúdicos con que la autora enriquece cada uno de los capítulos.
Carmen
Posadas maneja con elegancia distintos registros. Hay fragmentos que parecen
extraídos de una crónica de Indias o de una novela picaresca, otros momentos
tienen aire de comedia de enredo, y hay también escritos que forman parte de
diarios, de cartas y de memorias personales. Además, al narrarla desde el punto
de vista de personajes más secundarios, le da un aire mucho más fresco y vivaz
a la narración. La escritura, además, va evolucionando y adecuándose a cada
época, de manera que fondo y forma se complementan sin perder el estilo.
Lo
adereza con detalles cotidianos del costumbrismo de distintas época,
descripciones que trazan fotografías en nuestra mente, ofrece relatos amenos de
distintas situaciones sean dulces o crueles.
Posadas
sabe narrar y hace sencillo lo que sin duda es complejo. Te saca de un sitio
para meterte en otro sin que por ello resulte forzado. De la ostentación y
exuberancia lleva a lo despreciable y nauseabundo en un chasquear de dedos.
Pero no os encontráis frente a un libro de historia, destaca más las
intimidades y sentires de la corona, los entresijos de palacio, sin apartarse
del rigor histórico pero en tono de confidencia y su prosa excelente, como ya
nos tiene acostumbrados.
La
autora matiza puntos de vista, distintas ópticas de un contexto histórico,
habla de la condición humana concentrándose en sus grandezas y miserias.
Basándose
siempre en hechos reales, la escritora uruguaya, mezcla personajes y episodios
reales de ficción. Es difícil distinguir unos de otros.
Cada
capítulo es una microhistoria en sí misma narrada desde distintos puntos de
vista. Con una visión impecable, descubriréis diferentes personajes que
tuvieron un papel relevante en el devenir de la joya.
Hay
mucha muerte, mucho amor, mucho capricho megalómano en este diario de aliento
extenso que escribe la autora. Posadas os llena de vidas en su nuevo libro, os
convierte en reyes, en sirvientes, en amantes leales, en fogosos y displicentes
enamorados. Todo es posible dentro de este espejo infinito que queda construido
dentro de las páginas de esta novela.
Buscadora
de personas, sean ficticias o no como en tantas de sus novelas, con las que
analiza las mil caras del alma humana. Siempre dando voz a personajes
secundarios que narrarán lo acontecido en un orden cronológico. A través de
este crisol de figurantes refleja las costumbres, el modo de hablar, el modo de
vestir y el devenir de cada época.
La
perla es el hilo conductor de la trama, a veces protagonista, a veces mero
espectador, de su mano iréis conociendo las vicisitudes de sus propietarios.
Pero lo curioso es que no son estos los que van desgranando su historia, sino,
vuelvo a insistir, los personajes secundarios pertenecientes al círculo selecto,
pero orbitando alrededor de la verdadera protagonista, lo que le da frescura al
relato.
En
definitiva, la novela al igual que la peregrina, no debe ser desvelada, porque
los secretos que guarda han de ser liberados por quien se acerque a ella.
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