Hoy
os traigo la reseña de “Lo que la marea
esconde” de María Oruña un libro que no podría dejar de leer después de
haber leído los anteriores de la autora y volver a saber de Valentina Redondo.
La última entrega de su consagrada serie: “Puerto escondido” “Un lugar a dondeir” “Donde fuimos invencibles”.
SINOPSIS: La presidenta del Club de la
Bahía de Santander, una de las mujeres más poderosas de la ciudad, ha aparecido
muerta en el camarote de una preciosa goleta que con unos pocos y selectos
invitados del mundo del tenis surcaba el mar al anochecer.
El
crimen recuerda a las novelas de la «habitación cerrada» de principios del
siglo pasado: el compartimento estaba cerrado por dentro, tanto la extraña
herida que presenta el cuerpo de la empresaria como el misterioso método
utilizado para perpetrar el asesinato resultan inexplicables y todos los
invitados a la fiesta parecen tener motivos para haber acabado con su vida.
Nadie puede haber salido o entrado de la nave para cometer el crimen o escapar.
¿Quién ha matado a Judith Pombo? ¿Cómo? ¿Y por qué?
La
novela más ambiciosa de María Oruña, un thriller adictivo y elegante en el que
descubriremos una nueva faceta de la vida de Valentina Redondo, quien además de
enfrentarse al caso más enigmático de su carrera deberá luchar contra un sorprendente
e inesperado golpe en su vida personal.
María
Oruña es una escritora que “lee mucho y
anda mucho, ve mucho y sabe mucho”, siguiendo la máxima Cervantina.
El
argumento es aparentemente sencillo, aunque en la ficción nada lo es, y parte
de la regla básica que debe cumplir todo misterio de la habitación cerrada. Un
homenaje a los grandes clásicos del género negro, con citas de sus novelas.
Este
libro da comienzo cuando Judith Pombo, presidenta del Real Club de Tenis de
Santander aparece muerta en extrañas circunstancias en un camarote de la
goleta. La habitación está cerrada por dentro y el cuerpo de Judith presenta
una pequeña herida extraña que muestra que se trata de un asesinato.
Con
esta premisa arranca la investigación policial. La trama va avanzando a medida
que lo hacen las pesquisas, con el descubrimiento de lo que esconde cada uno de
los personajes. Todos parecen tener motivos para odiar a la víctima, unos más
sólidos que otros, cuya relación conoceréis a través de diálogos retrospectivos
con la víctima, utilizando la técnica del flashback, que os permite tener una
visión bastante clara del carácter de la fallecida.
Cada
una de las pruebas que van apareciendo y los acontecimientos que se narran, os
iréis implicando en la tentativa de resolver el misterio, elaborando teorías,
dirigiendo vuestras sospechas a unos y otros, os afianzaréis en suposiciones o
desistiendo de las mismas. La autora crea una trama llena de misterio, intriga
y tensión, que va a conseguir manteneros totalmente pegados al libro intentando
armar las piezas del puzle para dar con el asesino. Con un ritmo constante sin
altibajos, va entremezclando la parte más personal con la profesional para dar
lugar a un libro que vuelve a favorecer.
El
personaje de Oruña es una sobreviviente de una tragedia que partió su vida en
dos. Este evento se revela a los lectores en la trama. Esta hace que la novela
sea más compleja porque hay una trama secundaria que mantiene la tensión a lo
largo del libro.
Gracias
al abanico de personajes que iréis conociendo, tendréis la oportunidad de ver
las diferentes perspectivas de un mismo asunto: la monarquía frente a la república,
las clases sociales, el ecologismo, la discapacidad, las relaciones personales,
el feminismo; aparecen una serie de fragmentos que se destacan estilísticamente
del restos de la obra, para así incluir reflexiones sobre la esperanza, el
dolor, el destino y la fragilidad humana. La autora utiliza estos extractos
para establecer el tono del capítulo o para trasmitir la conmoción de los
personajes.
Todo
un reto, sin duda, pues no es fácil seguir los pasos de los clásicos, rastrear
sus huellas, tomar su relevo, desde el respeto y la humildad. “Lo que la marea esconde”, por su fondo
y por su forma, Oruña ha salido airosa y con nota.
La
grandeza del libro “Lo que la marea
esconde” va más allá de lo cuidado de la trama. Un thriller adictivo y elegante.
La
escritura de María Oruña ha evolucionado. En ella se ha producido un cambio
sustancial. No hay más que releer su primer libro y comprobarlo con este
último. Su narrativa ahora es muy genuina, en el sentido de pura y limpia. La
novela se lee con verdadera fluidez. Más reflexiva y sobre todo más rigurosa.
Es el resultado de lo que comporta el trabajo invertido en la investigación y
en la depuración de los detalles.
El
argumento es un desafío lúdico para descubrir quién es el asesino. Aunque el
arma y el inaccesible escenario del crimen platean a su vez sendos enigmas de
no fácil resolución, el acento está puesto en desvelar la identidad del
homicida. Enigmas, claves de la conducta delictiva, estudio psicológico de los
caracteres y claves de la investigación son las patas sobre las que se asientan
estas obras que bucean en la intriga y el misterio para crear relatos que
entretienen y ayudan a pasar un agradable tiempo devorando páginas sin control.
Este
nuevo giro del guión, es un acierto por parte de la autora porque juega con el
lector, todos elaboraréis cábalas del asesino.
Pero
la estructura de la historia permite al lector observar de qué forma se distorsiona
la realidad cuando solo hay una parte del relato, es decir, cuando solo se
escucha una voz. Y también, de qué forma esa voz cambia su versión cuando no
está ante Valentina Redondo, la investigadora.
En
cada novela ha tratado temas muy distintos y ha procurado que los registros
técnicos y literarios sean diferentes acordes con la trama. En esta última
novela aborda el tema del duelo y la pérdida.
También
es un placer recordar unas localizaciones descritas de manera solvente, que
induce a buscar imágenes para recrearos en ellas. Santander, el Palacio de la
Magdalena y el Real Club de Tenis de Santander son los escenarios para situar
la acción.
En
esta parte os encontraréis con una Valentina más madura y a la que psicológicamente
vamos a ir descubriendo a lo largo de la novela. Pero en esta ocasión además
está en un proceso de duelo. Ha perdido
algo y va a tener que vivir con la idea de que es irreparable. Porque ese es su
carácter, por alejarse de aquello que quiere, antes de empezar a emponzoñarlo
todo, ese sentido de la rectitud que tiene, lo libera castigándose a sí misma.
Redondo
es un personaje femenino fuerte que rompe con los paradigmas clásicos del género
literario. El detective de esta novela se acerca más al noir americano, en el
que la protagonista no es el detective modelo, sino que se representa como un
ser humano que comete errores y cuya subjetividad y trama personal es crucial
tanto para la novela como para la historia. Resolución del delito.
Pero
aun siendo una novela coral, también me ha gustado la evolución de los
personajes de la novela, pues van teniendo ya más peso los compañeros de
Valentina que forman parte del equipo. Son personajes ya complejos, donde
comprenderéis sus miedos, fracasos y éxitos. Con estimulo iréis de la mano con
ellos durante toda la aventura, y por ello construiréis esa empatía tan
particular a estos emblemáticos personajes.
Un
libro que vuelve a la senda de “Puertos
escondido” que me reconcilia, una vez más, con la autora con cada una de
sus novelas. Como todas sus anteriores, esta, sin duda, sí lo ha hecho.
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