sábado, 8 de marzo de 2014

TE QUIERO.





 Te quiero...
 y me mueves el tiempo de mi vida sin horas.

 Te quiero
 en los arroyos pálidos que viajan en la noche,
 y no termina nunca de conducir estrellas a la mar.

 Te quiero
 en aquella mañana desprendida del vuelo de los siglos
 que huyó su nave blanca hasta el agua sin ondas
 donde nadaban tristes, tu voz y mi canción.

 Te quiero
 en el dolor sin llanto que tanta noche ha recogido el sueño
 en le cielo invertido en mis pupilas para mirarte cósmica,
 en la voz socavada de mi ruido de siglos derrumbándose.

 Te quiero
 (grito de noche blanca...)
 en el insomnio reflexivo
 de donde ha vuelto en pájaros mi espíritu.

 Te quiero...
 Mi amor se escapa leve de expresiones y rutas,
 y va rompiendo sombras y alcanzando tu imagen
 desde el punto inocente donde soy yerba y trino.


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